Clasificación de suelos
El suelo se puede ensuciar de muy diferentes maneras.
Suciedad de origen sólido: Esta suciedad está formada por diferentes
tipos de partículas pesadas como por ejemplo restos de arena y
partículas ligeras como el polvo.
Suciedad de origen líquido: Serían las manchas, es decir, suciedad
generalmente de origen líquido como manchas de bebida y de líquidos en
general.
Suciedad de origen orgánico: Serían las bacterias, los microorganismos, vegetales, hongos unicelulares o filamentosos, etc.
Eflorescencias: Son depósitos salinos que permanecen en los
pavimentos después de desaparecer el agua que los contenía. No
solamente es necesario conocer el origen de la mancha para poder
eliminarla, sino que también hay que conocer el tipo e superficie que
queremos limpiar. La contestación a esta pregunta es rotundamente NO.
Si tenemos un pavimento alcalino como el mármol y utilizamos un
detergente ácido, es probable que se haya logrado eliminar la suciedad
pero seguramente habremos dañado el pavimento. Hay muchas y muy
diversas formas de clasificar los pavimentos, una de ellas podría ser
la siguiente:
- Suelos Duros: Piedra lisa o pulida, o no: Granito, Mármol, Terrazo, etc.
- Suelos Duros Porosos: Barro cocido, Cemento, Asfalto, etc.
- Suelos
Blandos: Tarimas, Parqués de Madera y Entarugados, Suelos de Corcho,
Suelos de Plastico o PVC, Goma. Linóleo, Seipolan, etc.
- Suelos Textiles: Alfombras, Tapices, Moquetas, etc.
Suelos Duros
Este tipo de suelos está constituido por materiales de gran dureza y
resistencia frente a los golpes y arañazo, y se caracterizan por ser
bastante duraderos.
Dentro de estos suelos se encuentran las piedras naturales y sus
derivados como por ejemplo el granito, el mármol, la pizarra, etc. Y
las piedras y baldosas artificiales como el gres, las plaquetas, los
azulejos, las baldosas cocidas, el terrazo, etc.
Generalmente, cuando hablamos de suelos duros nos referimos a
aquellos pavimentos homogéneos que tienen poca porosidad, lo que va a
facilitar su limpieza. Sin embargo con el paso del tiempo pueden ir
soltando polvo, volviéndose más porosos y accesibles a la suciedad.
También pertenecen al grupo de suelos duros, aquellos que están
constituidos por materiales porosos como el cemento y las baldosas
cocidas.
Suelos Duros Porosos
Este tipo de pavimentos presenta mayor porosidad que los anteriores,
por lo que es más difícil de eliminar la suciedad que penetra en su
superficie.
Suelos Blandos
Los pavimentos blandos están formados por materiales, cuyo nivel de
dureza y resistencia a los rozamientos es menor que el de los suelos
duros. Sin embargo, suelen presentar un mayor grado de porosidad por lo
que la acumulación de la suciedad es mayor, y más complicada su
limpieza. En este tipo de suelos se encuentran tanto los pavimentos
naturales como el corcho y la madera como los pavimentos sintéticos:
sintasol, goma linóleo, seipolan, etc., los suelos blandos son buenos
aislantes acústicos y térmicos, soportan mal la humedad y ofrecen una
sensación de confort y comodidad.
Suelos Textiles
Estos suelos presentan un mayor o menor desgaste en función del
rozamiento, las pisadas y el tipo de fibras que los compone. Son
superficies muy confortables, que ofrecen un buen aislamiento térmico y
acústico, aunque suelen ensuciarse más debido a la porosidad que
presentan, estos pavimentos generalmente suelen resistir bastante mal
la humedad, por lo que conviene mojarlos lo menos posible y secarlos
bien después de aplicar cualquier tratamiento que produzca humedad.
Los pavimentos textiles no presentan una superficie plana sino que
están formados por una base y una serie de fibras unidas a ella. En
función del tipo de fibras que constituyen los revestimientos textiles,
estos serán más o menos resistentes a los productos químicos. Aunque en
gen4eral suelen soportar bastante mal el ataque de los productos
químicos fuertes, y para su limpieza recurriremos a productos que sean
neutros.
El nivel de ensuciamiento y el grado de facilidad para desprender la
suciedad va a depender también de la composición de las fibras. Así,
las fibras de lana se ensucian menos y la suciedad se desprende mejor
que en las fibras sintéticas.
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